«Hi, would you like something to drink?»

Hace unos días atrás fui a un bar con unas amigas. Para nuestra sorpresa, cuando se nos acerca el camarero, su primera frase de presentación en un mal pronunciado inglés, fue la siguiente: «Hi, would you like something to drink?».

Nosotras nos quedamos mirando extrañadas, estaba convencida de que telepáticamente las tres nos hacíamos la misma pregunta: ¿por qué nos habla en inglés?

Para contextualizar un poco: éramos tres chicas negras, sentadas en un bar en la calle Alameda, radicada en Sevilla, España. Una colombiana, una nigeriana y una cubana que charlaban tranquilamente en una asidua zona de la capital andaluza. Las tres hablábamos español, pero claro, parece ser que nuestro color de piel «gritaba» a viva voz que éramos extranjeras.

Llevábamos semanas decidiendo hacer ese encuentro, y aunque el plan era que se unieran más chicas, terminamos siendo tres, pero con el empuje de un millón. La idea que nos llevó ahí era crear redes de trabajo sobre experiencias de mujeres negras en Sevilla. El camarero, sin saberlo, nos ayudó por lo menos, a romper el hielo.

Puede que se pregunten: ¿qué es lo raro de que les hablen en inglés si son extranjeras? ¿Pudiéramos ser de un país anglo parlante? Si, una de nosotras lo era aunque hablaba español impecablemente ¿Pudiéramos ser de un país hispanoparlante? Si, en efecto también lo éramos. ¿Pudiera ser que no nos haya escuchado hablar español ya sentadas? También, puede ser. Pero este hecho tenía precedentes para las tres, no sólo nos unía en ese momento nuestro color de piel, sino que las tres ya habíamos vivido situaciones similares en otras ocasiones.

Debo reconocer que cada vez que paso por ello no puedo evitar reír. El conflicto no radica en si es evidente o no que seamos extranjeras, sino que nuestra negritud es lo que se asocia con algo de afuera, de otros contextos y no propio de este lugar. Por mi parte, llevo menos de dos años viviendo en España, pero mis compañeras llevan entre 15 y 17 años viviendo aquí. Sus historias tienen un vínculo especial con este país y aunque sus orígenes sean foráneos, ellas han desarrollado un sentido de pertenencia e identidad que las ha hecho formar parte, involucrarse, mezclarse con una cultura que también les pertenece de una forma u otra.

Lo gracioso y que nos puso a pensar es: nosotras nacimos en otro país, somos extranjeras pero, ¿qué pasa con lxs negrxs espanolxs nacidos aquí? ¿Es contradictorio decir que se es negro o negra español o española? La respuesta parece no ser tan obvia en un país que niega la negritud como característica propia, así lo apunta Deborah Ekoka, gestora cultural y coordinadora de la librería United Minds, al decir que:

«España es un territorio que siempre tiende a ocultar su pasado relacionado con la negritud para parecer más europeo. Pero ha habido personas afroespañolas desde hace siglos. Se ha querido blanquear a España negando la diversidad real».

Las historias de vida de mujeres y hombres españolxs negrxs también ratifican esta realidad que atenta contra su integración e identidades individuales. En este sentido, la periodista Lucia Mbomío apunta:

“España se piensa y se ve solo de una manera y no entiende que su riqueza cultural tiene que ver con las diásporas múltiples. Muchos españoles se sorprenden de que haya personas negras que hablen perfectamente en castellano… Creces sintiéndote sola, desde pequeña estás en una batalla constante”.

Por no hablar del papel de los medios de comunicación y su contribución en la perpetuación de prejuicios, estereotipos y mitos racistas.  En un análisis que hace el lingüista neerlandés Teun A. van Dijk, titulado «El racismo y la prensa en España», el autor analiza la manera en que la prensa de calidad española aborda los sucesos étnicos y la inmigración.

En su trabajo llega a la conclusión de que, así como ocurre con el resto de Europa, los periódicos apenas contratan periodistas que pertenezcan a alguna minoría, de ahí a que no exista diversidad en las redacciones. Las organizaciones que representan a los inmigrantes rara vez aparecen citadas como protagonistas de noticias y tampoco hay un hábito de ofrecer información sobre los eventos étnicos.

Existe un sesgo perceptible que viene condicionado por la negación del racismo y la supremacía que se le otorga a los valores «democráticos» europeos. Se apunta además que las mediaciones viene influidas también por las imágenes estereotípicas de los inmigrantes, el énfasis del alarmismo sobre el control de las fronteras, la «invasión» de pateras desde el norte de África y la propia argumentación del discurso. En muy contadas ocasiones se habla de la discriminación cotidiana que sufren miles de personas.

Mientras esta realidad que comunican los medios siga siendo una constante, historias como la de Silvia Albert, actriz nacida en San Sebastián, País Vasco, serán propensas a repetirse una y otra vez dada la influencia del racismo y la omisión de la negritud como parte de la propia raíz de la nación española.

«Soy negra, española, vasca, catalana, alicantina, murciana y olé. Y en mis 41 años me han preguntado si soy nigeriana, guineana, camerunesa, congoleña, brasileña, colombiana, dominicana, neoyorkina, francesa, portuguesa… Pero jamás nadie, nunca, me ha preguntado si soy de aquí». 

Cada historia es un mundo distinto a otro. El mito de que todas las personas negras son africanas, es una falsa; así como también lo es la generalización de hablar de África como si fuera un país cuando es un continente conformado por 54 países reconocidos por la ONU. Es considerado el de mayor cantidad de países, en donde inglés y francés son los idiomas oficiales más hablados, pero donde la diversidad lingüística es tan rica que existen más de 2000 lenguas,  así que ¿cuántas historias únicas no existirán en África?

Algo parecido sucede con América. En lugar de generalizar, casi siempre se restringe su territorialidad a un solo país. Es muy frecuente asociar lo americano a lo perteneciente a Estados Unidos, como si este lo representara por sí solo. El continente americano es uno de los más grandes del planeta y su territorio lo conforma casi el 12% de población mundial; español e inglés son los idiomas más hablados. En su espacio geográfico están asentadas 35 naciones soberanas, 1 Estado Libre Asociado  y 24 territorios independientes.

Estos dos continentes agrupan múltiples y variadas historias. Todas ellas importan. Cada una tiene algo que las distingue y esto es lo que las hace especiales. Es importante saber valorar sus especificidades, puesto que al decir de la escritora Chimamanda Ngozi Adichie, el no hacerlo puede atentar contra la dignidad de los pueblos que representan.

«Las historias importan. Importan muchas historias. Las historias se han utilizado para desposeer y calumniar, pero también pueden usarse para facultar y humanizar. Pueden quebrar la dignidad de un pueblo, pero también pueden restaurarla», Ngozi en «El peligro de la historia única».

Sobre esto y otros temas giró nuestra conversación, aquella que comentaba al principio… la de tres chicas negras sentadas en un bar en la Alameda. Ni siquiera éramos conscientes de que se hacía tarde.

Estábamos concentradas en proyectos, en conocer las historias particulares de cada una, en preguntarnos y respondernos cuestionamientos, muchos de los cuales eran recíprocos, en intentar entender la realidad que nos rodeaba… También sabíamos que un día no iba a ser suficiente para ponernos al corriente de todo y evacuar tantas interrogantes.

Mientras nos decidíamos a continuar la interesantísima charla en otro momento, alcé mi mano y de un golpe, las tres respondimos alto, claro, en perfecto castellano y al unísono como si nos hubiéramos puesto de acuerdo:

«Por favor, la cuenta» .


2 respuestas a “«Hi, would you like something to drink?»

  1. Pues al menos sé que no soy la única a la que le ha ocurrido algo así. Al llegar a Cádiz me llamó la atención que muchas personas me hablaran en inglés, yo que me sentía pez en el agua por no tener barrea idiomáticas -al menos- y aquellas personas me recordaban a cada momento que seguía siendo “extranjera”. Como si fuera de las fronteras de España nadie hablara español o como si no existieran países (donde vive gente negra) cuya lengua materna es el idioma español.

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