«Clarita te ves más bonita»

La semana pasada una amiga compartió conmigo un post publicado en Twitter, en el que Dominique Apollon, vicepresidente de investigación de la ONG contra el racismo Race Forward, expuso su testimonio al encontrar curitas del color de su piel. Emocionado por encontrar un producto adaptado a él, expresó su satisfacción por la existencia de una opción distinta a la experiencia blanca. En el tweet decía lo siguiente:

«Me costó 45 viajes alrededor del sol, pero por primera vez en mi vida sé lo que se siente tener una curita de mi propio tono de piel. Apenas se puede ver en la primera imagen. De verdad estoy conteniendo las lágrimas» (Traducción al Español).

Es poco frecuente encontrar productos adaptados a tonos distintos de piel. En un mundo pluricultural y diverso como el que vivimos no se tiene en cuenta la diversidad. Por ejemplo, casi toda la industria cosmética de los productos de belleza está diseñada a la medida de tonos de piel claros, en su mayoría blancos. Todo pareciera indicar que la exclusión es la norma.

La adaptación de los productos a tonos de piel clara ha condicionado la exclusión del resto. Y un fenómeno que se ha globalizado como consecuencia de ello es la «blanquitud deseada» que promueven los medios de comunicación y el incentivo que ponen sobre tratamientos de blanqueo de la piel. Todo esto influye directamente sobre la educación de las personas y sobre la naturalización de prácticas racistas en nuestra cotidianidad. Las mujeres se han visto especialmente afectadas por este bombardeo mediático de anuncios publicitarios y comerciales que dictan la norma de lo que «está de moda» y de «cómo estar a la moda».

El blanqueamiento de la piel es un fenómeno muy popular en numerosos países, para el que se emplean varios métodos, que suelen tener efectos adversos para la salud. Un documento publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2011 muestra los altos porcentajes en la utilización de productos de blanqueamiento en varios países de Asia y África

-África (25% de las mujeres en Malí, el 77% en Nigeria, el 27% en Senegal, el 35% en Sudáfrica y el 59% en Togo).
-En 2004, casi el 40% de las mujeres encuestadas en China (Provincia de Taiwán y Región Administrativa Especial de Hong Kong), Filipinas, Malasia y la República de Corea usaban productos para aclarar la piel.
-En la India, los productos para aclarar la piel constituyen el 61% del mercado de productos dermatológicos (OMS, 2011).

Aunque estos tratamientos son actualmente prohibitivos en países como Nigeria, Sudáfrica y Kenia, se adolece de vías de control ya que siguen siendo accesibles en los mercados. En 2017, la firma de inteligencia de mercado Global Industry Analysts mostró estadísticas globales en donde la demanda de blanqueadores se calculó en 17.9 mil millones de dólares y se estimaba que alcanzaría los 31.2 mil millones para 2024.

Ante esta situación los medios actúan como detonantes en contra de la necesaria educación sobre el tema, ratificando en ello conductas racistas. Ejemplos de malas prácticas publicitarias podemos encontrar un gran número. Algunas no tan recientes, como es el caso del anuncio promocionado por la empresa de productos de limpieza The Fairbank Corporation, a principios del Siglo XX, en el que se anunciaba un jabón con la imagen de un niño blanco y rubio, ofreciéndole a otro niño negro que usase una determinada marca de detergentes.

Anuncio del jabón Fairy.

La industria cosmética en Asia, por otra parte, se ha enrriquecido a raíz de la obsesión por la piel clara. En este país se vincula el color de la piel con el estatus, el éxito en la vida, la meta de conseguir pareja y hasta con la felicidad. Un ejemplo es el anuncio protagonizado por la cantante, modelo y actriz tailandesa Cris Horwang en 2016, la que enfatiza que su tez clara es lo que le ha llevado a la fama. El lema del anuncio era «ser blanco te hace ganar».

La aseveración de la compañía estuvo basada en que su producto contiene un compuesto de semillas de kiwi que ayuda a «no volverte negro». El anuncio reproduce la idea ancestral de asociar la negritud con lo sucio, lo mundano, lo bajo en la escala social, y además, hay un fuerte contenido sexista que exalta el mito de la belleza como la meta a alcanzar.

Anuncio publicitario de la marca Seoul Secret.

La Campaña de Dove también ha estado en el centro del banquillo con alto contenido racista. En 2011 un anuncio de una línea jabón de esta empresa fue acusado por alinear a tres mujeres del tono de piel más claro a más oscuro para indicar un «antes» y un «después». Esta publicidad termina reproduciendo el mismo error de Fairy años antes, se asocia la supuesta limpieza de la piel con la blanquitud, como si los colores oscuros representaran suciedad.

Anuncio publicitario de Dove.

Otro anuncio, también indignante, fue la campaña de publicidad desarrollada en Malasia por la empresa de bellezaWatsons en 2017. En 14 extensos minutos condensa como plato fuerte  todo lo que de racista, xenofóbico y sexista puede existir.

El anuncio cuenta la historia de cómo, un grupo de princesas, hacen una audición para impresionar a un comerciante rico. En el minuto nueve el protagonista escucha la voz de una dama que está cantando. Su rostro está cubierto con una máscara y cuando el comerciante le pide que lo descubra, la mujer deja al descubierto su negritud ¿Cómo se describe el final feliz? Después de que ella lavara su piel oscura, el comerciante se enamora perdidamente y esta le confiesa: «No soy negra, de hecho, estoy impecable».

Imagen de la protagonista del anuncio de Watsons.

Ante la representación en extremo ofensiva y desagradable dirigida por la empresa, tampoco se contribuyó a apagar ni un poco el caos que incitó, pues sus argumentos de supuesta disculpa fueron: «El video fue rodado para resaltar la leyenda y sus valores morales de belleza interior y que el amor verdadero existe».

Los mitos del amor romántico pueden ser visibilizados ampliamente en este comercial: el asociar a la consecución del amor con la felicidad, glorificando la búsqueda de la otra mitad como una meta vital. El predominio del carácter patriarcal del anuncio, en donde la hombría es relacionada con la fortaleza, la independencia, el poder, la autoridad; mientras que la feminidad se asocia con la inestabilidad, la afectividad, la pasividad, el cuerpo y la belleza normada.

Los medios han fortalecido la exclusión de la industria de la belleza. Luego de que han salido anuncios publicitarios racistas, algunas compañías reconocen públicamente la publicidad negativa, otras simplemente silencian los errores y punto en boca. Pero todas las acciones tienen consecuencias, y que estos errores sigan estando a la orden del día en la actualidad, es un reflejo de lo arraigado que está el problema socialmente.

Pero también es válido señalar buenas prácticas.  «Oscuro es bello» es un ejemplo de ello. Se trata de una campaña que se impulsó en 2013 y que levanta su esencia contra los prejuicios hacia la piel oscura. El anuncio celebra la diversidad de los colores de piel en India.

«Dark is beautiful», campaña por la diversidad de colores de piel.

Por más que se diga que la moda es cíclica, no es un secreto para nadie el hecho de que está sujeta a esquemas en donde casi siempre predomina lo blanco, las tallas pequeñas, la estatura «adecuada», lo excesivamente delgado… Cuestionemos las normas porque no están hechas para que nos sintamos prisioneras de ellas; celebremos los colores de piel, por diversos que sean, todxs merecemos celebrar la belleza existente en nuestra infinidad de matices.


5 respuestas a “«Clarita te ves más bonita»

  1. Gran análisis de los anuncios y la publicidad. Pero… estaría bien que las cosas no se tratasen siempre desde la perspectiva de la xenofobia o el genero y se abordasen distintos puntos de vista, ya que podemos caer en que la causa es siempre esta y puede que no lo sea, o puede que sí, que tras analizar distintos ámbitos si se pueda llegar a esta conclusión pero de forma algo más fiable. El mundo es complejo, y muchas veces una mirada simplista de las cosas hace que pensemos en una realidad diferente a la real.

    Pensando en el ejemplo de la tirita, ¿es posible que en los países occidentales el público objetivo (el que tiene mayor número de compradores) sea de piel clara y ni consideren otras opciones o económicamente no les salga a cuenta el gasto que supone producir una variante del producto que no tiene un volumen de compradores tan grande?. Es decir, que el motivo sea puramente económico y no tenga que ver con otras cuestiones. Que digo yo, pensando inocentemente, que a ellos no les cuesta nada, obviando el coste económico, producir un tono u otro.

    En cualquier caso tu análisis desde esa perspectiva es valido, no has soltado lo primero que te ha pasado por la cabeza, has investigado, te has parado a reflexionar. Las tradiciones, la moda, los «esquemas» de los que hablas, son cosas que se arraigan bastante en las culturas, pero aunque lentamente, cambian, poco a poco, con paciencia y mirada amplia, tolerante, observando desde distintos puntos de vista, desde el que te gusta, desde el que no te gusta. Solo así podemos entender el mundo que nos rodea, se podrá estar de acuerdo con él o no, nos gustará o no, pero no caeremos en ideologías simplistas (capitalismo, derecha, izquierda, etc.) y tendremos el conocimiento para mejorarlo de forma justa.
    ¡Un saludo!

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    1. Coincido contigo en la idea de que los problemas que nos atañen tienen múltiples formas de ser de abordados, es lo que pasa ante un mundo plural y diverso como el que vivimos. Pero el análisis que propongo en estas líneas lo enfatizo en marcos de interpretación específicos. En este camino me posiciono ante un marco de interpretación feminista interseccional. A ello me debo con el interés de poner foco en aristas y ámbitos particulares que han sido frecuentemente invisibilizados por los medios y con el interés de desarticular las diversas formas de legitimación patriarcal ancladas en nuestra sociedad.

      No obstante, no dejo de reconocer que, como bien dices, hay una multiplicidad de enfoques con los que podemos acercarnos al análisis.

      Por otra parte, no creo que el tema de la curita sea algo circunstancial y obviado inocentemente por la industria del consumo. Las empresas crean sus productos con toda intención. No creo válida la inocente justificación de que se dirigen a un público «mayoritariamente de piel clara» porque incluso en los países occidentales hay diversidad. En mayor o menor medida vivimos en un mundo de naciones multiculturales, en donde el fenómeno de la migración está ocasionando que se desdibujen las fronteras entre las mismas. Diseñar productos para grupos mayoritarios también es una forma de exclusión.

      El ejemplo de la curita sigue siendo la expresión de una realidad donde la exclusión es la norma. Un ejemplo básico lo tenemos en la industria textil, ¿cuántas empresas de ropa no son excluyentes cuando crean productos, en su mayoría, para tallas pequeñas, dejando a un lado a personas de dimensiones distintas a las normativas? Esto no es circunstancial ni aleatorio. Se suma a esto la penalización económica que han impuesto algunas marcas sobre lxs consumidorxs de tallas grandes al subir el precio de productos XL o superior. Querásmolo o no, esto es un acto de evidente discriminación.

      Cierto lo que dices, debemos confiar en que podemos hacer del mundo un lugar mejor y más justo. Por mi parte, estas palabras cortas, espontáneas, escritas sin quizás, la sapiencia de una persona con experiencia, pretenden ser un paso.

      Muchas gracias por comentar 🙂

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